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lunes, 6 de octubre de 2014

Entrevista con Matthew Cherry

Este viernes 10 de octubre el Taller Estudio 112 tiene el agrado y honor de recibir el artista visual estadounidense Matthew Cherry. Cherry viene a Santiago a trabajar en su projecto "someBODIES" (en inglés, un juego de palabras entre "alguién" y "algunos cuerpos"). Previo al evento, que incluye sesiones de fotografía y una charla abierta en la tarde, Cherry nos contesta algunas preguntas sobre su trabajo, su visión, sus influencias, y su opinión sobre la educación artística hoy.

Traducido por Katrina Pennington


TE112: ¿Cómo descubrió que la pintura al óleo fue su técnica principal? ¿Por qué es fundamental para su obra esta técnica?

Matthew Cherry: Me interesaba mucho la pintura, incluso cuando era niño. Tenía una noción muy romántica sobre ser artista. En el colegio dibujaba mucho. Quería aprender sobre el color (la teoría y su aplicación), pero me sentía ansioso pensando en pinturas, óleos, colores húmedos. Por alguna razón me intimidaban. Así que en vez de la pintura, me compré un set de pinturas al pastel con unos 300 colores previamente mezclados. Eran increíbles, y hasta el día de hoy me acuerdo de como mi boca salivaba cuando abría mi caja y veía todos los colores exquisitos. Tan deliciosos, tan sexy. No fue hasta tener veintitantos años que tomé por primera vez un pincel en un curso de introducción a la pintura en la universidad. Tuve una reacción muy fuerte. Fue una experiencia muy visceral y sensual.

Hasta el día de hoy, el óleo ha sido mi técnica principal y ha resultado con que mi proceso sea lo que ha evolucionado a ser hoy. Le atribuyo mi interés por la raya, el dibujo, y la pintura a color al trabajo de muchos años con los pasteles antes de tocar óleo. Ha sido un largo viaje. Para mí, el tacto, la sensación en mis dedos y manos cuando mezclo colores, los olores del aceite de linaza y el médium, además de la experiencia con mis ojos, como mi visión penetra los colores y la pintura misma; todo esto me es delicioso y me llama como técnica. Pero mientras seguía desarrollando mis ideas, voz, y sensibilidad artística, la pintura se mantuvo primordial como manera visual de expresar lo que pienso. Hay algo en el espesor y viscosidad de la pintura al óleo que agarra y retiene el color. Como técnica es sumamente multifacética. Se puede diluir con trementina como la acuarela o se puede aplicar con médium grueso; se puede hacer veladuras rústicas aplicadas finamente, o se puede aplicar de forma gruesa con rayas empastadas donde el color tiene forma, y por supuesto a través del proceso de las veladuras con su manera de crear películas de color que permiten a tus ojos penetrar las capas de luz y crean un sentido de realismo increíble. Ninguna otra técnica tiene tan diversas posibilidades. La pintura ha sido diversa y relevante para cada cultura y en cada periodo de tiempo que ha tenido un artista con la disposición de plantearse como investigador de ella y tomar el pigmento para manchar alguna superficie y reflejar su cultura.

De hecho, son estas calidades que hacen que el óleo sea mi técnica preferida y también el proceso necesario para la representación de retratos y el trabajo figurativo como capas entretejidas de pintura, aguadas, veladuras y rayas.

Los óleos son muy sexy. Humedecen mis ojos. Suspenden el color de una manera que las otras técnicas no pueden y los mantienen ahí en un vapor húmedo. Se sienten espesos y dulces como glaseado, como mantequilla. Mantequilla cálida, colorida, azucarada, dulce. Se mantienen fluidos y húmedos y maniobrables, lo que me permite más tiempo para poner capas y trabajar una pintura, entregándome un dónde detener mi imaginación mientras pinto. Mantienen una raya y su memoria. Yo trabajaré en cualquier técnica que corre, pero con el óleo hay además una fricción pegajosa. ¡Esto me gusta mucho!



TE112: Cuéntenos sobre su obra antes del proyecto “someBODIES”. ¿Es este proyecto una continuación de otros proyectos, o algo nuevo?

MC: Comencé esta serie en 2007 a escala regional, documentando a amigos y familiares. Estuve pintando imágenes muy pequeñas de mi hija Jory que en ese momento tenía 8 años. Pensé que sería increíble tomar a esta niña, a una edad en que las niñas se olvidan o no tienen identidad en nuestra cultura, y transformarla en una imagen gigante. Esto me llevó a una epifanía sobre el desnudo a una escala grande. La idea era como sigue siendo ahora, de documentar la diversidad de belleza que encontramos en cuerpos de todo tipo y de gente de todo el mundo. Pero la vida me puso desafíos y cambios y tuve que cambiarme de mis talleres grandes en Chicago a Pennsylvania y luego a Boston luego de una serie de cambios de carrera y transiciones de vida. Todo esto demoró el inicio de este proyecto.

Siempre tuve la idea de llevarlo a escala internacional. Pero me demoré en decidir como podría establecer contactos y encontrar la manera de viajar a distintos lugares para producir la documentación para la investigación. Así que estuvo en espera los últimos seis años mientras comenzaba otros proyectos, todos de los cuales tratan el retrato como foto de rostro, foto policial, retratos frontales que registran a las personas y sus identidades sobre distintos temas. Todos estos proyectos involucraban procesos similares de encontrar a los sujetos utilizando los medios sociales. 

Concibo “someBODIES” como un retorno a una idea original que nunca se ha desarrollado completamente, aunque mi proceso y pintura han evolucionado bastante. Estoy muy entusiasmado y honrado de estar en Santiago, documentando mi primer grupo en terreno. Y espero crear una obra conmovedora y relevante que represente nuestra experiencia humana compartida.




TE112: ¿Cuál es su deseo para los participantes del proyecto “someBODIES” en Santiago? ¿Cómo se relaciona la experiencia de fotografiarse desnudo con el proyecto mismo?

MC: Qué buena pregunta. Siempre es mi deseo interactuar con la gente y permitirles integrarse con mi obra y proceso. Su semejanza, sus historias, su involucramiento, su espíritu; para que se lleven una parte de esta experiencia con ellos. Para que les sea transformativo. Para que su participación honre sus vidas y sus experiencias más allá de las mías. También espero que la experiencia sea de alguna manera liberadora. Incluso para mí, siendo artista, habiendo pintado desnudos desde hace un tiempo y también habiendo posado desnudo, nunca me ha sido fácil sacarme la ropa en un ambiente “público” para un fin que no sea de mi espacio íntimo y privado. Creo que tiene mucho que ver con la religión, particularmente estas religiones que nos enseñan que nuestros cuerpos son inmorales y que deberíamos cubrirlos, porque si no la lujuria nos llevará al infierno. Creo que también tiene que ver con los estándares de Hollywood que son tan ubicuos en nuestra cultura. Hasta el dos por ciento que cumple con los estándares universales de la belleza no los alcanza. Sus cuerpos se modifican con la cirugía plástica y el Photoshop hasta un grado en que la idea de perfección y el ideal se vuelven inalcanzables y nociones absurdas.

Para mí, la experiencia de posar desnudo, incluso dibujándome y pintándome a mí mismo fue tan liberadora. Fui capaz de verme por primera vez representado a través del art (incluso por mis propias manos) y no a través de un espejo con la mente crítica diciéndome que yo no era suficiente. Esto no es de un puro género. El sexo masculino y femenino sufren los mismos desafíos al aspirarse a ser “bellos” y nunca se sienten totalmente “suficiente”. Es por esto que tenemos tantas problemas en Estados Unidos y al extranjero con el trastorno corporal, drogas, y dieta, etc. Las culturas (sean religiosas, políticas, o populares) que compran este idealismo corren el riesgo de crear una sociedad descontenta que se odia a sí misma.

Los desnudos que yo pinto tratan de desafiar estas nociones. Las decisiones de tamaño, escala, punto de vista, y las posiciones son el resultado de una necesidad de retratar gente desconocida de manera que celebra pero desafía, que grita y valida lo que es tan único de cada uno de nosotros como individuos, pero al mismo tiempo universal. Desafían la noción de que lo ideal o bello sea lo que Hollywood o las revistas nos hacen tragar (o que compramos), sino lo que la naturaleza y la vida nos entregan. Estos nos son desnudos para el voyerista, a pesar de que los modelos y yo mismo sabemos que se están exponiendo para ser mirados. No esperan una segunda mirada de reojo. Ellos están parados mirando de frente al espectador, solicitando más que un vistazo casual. Se posicionan con posturas que convierten al espectador en el sujeto observado. Están abiertamente conscientes, juntados, y obligan a la audiencia a mirarse a sí misma mientras miran estos cuerpos.

Fotografiarse es solo el comienzo. De hecho, incia el proceso cuando se solicita la participación. En ese momento todos empiezan a reflexionar sobre si participarán o no. Algunos se ofrecen de inmediato, algunos se complican y se cambian de idea, algunos se niegan abiertamente. Con cualquiera de estas reacciones, ya comenzó la participación. La gente comienza a cuestionarse por la identidad, la moralidad, la apreciación de uno mismo, la vulnerabilidad, el pudor, y la sexualidad. Se preocupan por sus defectos, se preocupan por sus cuerpos comparados con los demás o los estándares establecidos por otros, se preocupan por lo que la gente cercana o sus familiares pensarían. Algunos se ofrecen con valor; otros son más reticentes y buscan indicadores de confianza, saber que no les voy a usar, abusar, ni aprovecharme de ellos. Cuando la gente me conoce y comienza a confiar en mi objetivo, normalmente acepta. Me dedico de corazón y alma a la sanación a través del mirar, ver, experimentar, y compartir las cosas en común. Y creo que el cuerpo, con su vida física, sensual, intelectual, biológica, espiritual, y sentimental es un vehículo que nos permite elevarnos y la experiencia humana al momento de aumentar nuestra consciencia y pensamiento y expandirnos más allá de lo que las tradiciones nos enseñan.



TE112: Usted es el Director de Asuntos Académicos en la Escuela de Arte y Diseño de la Universidad de Lesly en Boston, Massachusetts. ¿Cuáles son las fortalezas y debilidades de la institución académica hoy en día como un espacio para el aprendizaje, la experimentación, y el crecimiento artístico?

MC: Con cualquier institución académica, grande o pequeña, estatal o privada, reconocida a nivel regional o nacional, o incluso de una ciudad, hay fortalezas y debilidades intrínsecas.

Una institución grande puede tener muchos recursos y traer a artistas conocidos al nivel internacional y tener una maya académica aprobada, pero no será tan ágil como debiese ser en una cultura que tiene que seguir el ritmo de la tecnología, el aprendizaje, y el movimiento. A veces la burocracia en una institución grande lo impide, en crear y cambiar según requieren los cambios en la disciplina, aún si están enseñando a los estudiantes a hacer eso mismo.

Instituciones más pequeñas con menos personas pueden tomar decisiones de manera más rápida, y pueden tener un efecto dramático y promover una maya académica que está actualizada, nueva, atrevida, o contemporánea. Sin embargo, a veces no tienen los recursos o medios para entregar instalaciones, artistas, o oportunidades de primer nivel.

Cualquier institución corre el riesgo de cansarse, la maya académica y el profesorado, si la institución no apoya el profesorado y su búsqueda creativa continua a través de la investigación en el taller y en la experiencia.

Uno de los mayores riesgos que puede tomar una institución es cuando el dinero se hace más importante que el resultado. En el arte, debe reinar la experimentación. Es tan importante el riesgo a fallar como la habilidad a encontrar el éxito. ¡Incluso más importante! La necesidad de incertidumbre tiene que ser predominante en una cultura visual verdaderamente viva. Es a través de la incertidumbre que llegamos a encontrar las mayores respuestas a los desafíos y obstáculos de la vida, que experimentamos a gran escala y en nuestras vidas cotidianas.


TE112: ¿Cuáles pintores han tenido una influencia en tu arte?

MC: Egon Schiele, porqué me dio permiso para ahondar más allá de la carne. Alice Neel, porque es una negra con actitud y las cosas bien claras que probó que la figura y el retrato eran tan válidos como los expresionistas lanzando el color. Joan Mitchell, porque ella lanza el color mejor que todos los demás. Lucian Freud, por su observación inquebrantable, siempre honesta, y a veces cruel, y el amor duro. Chaim Soutine, porque su lechada de colores es dramática y enfática y me da apetito mientras me aplaca la sed. Francisco de Goya, porque en su vejez y con demencia nos mostró la importancia de la oscuridad. Nos llevó al borde cuando todos los demás andan alrededor de él con miedo.